Política y Planes de Gobierno en la Prevención del Suicidio en Chile

El concepto de suicidio ha sido ampliamente definido por diferentes autores. Carlos Martínez en su libro Introducción a la Suicidología plantea que la definición de este objeto de estudio, implica una posición subjetiva, tomando en consideración aspectos epistemológicos, ideológicos e institucionales a su vez los autores que definen el concepto de suicidio están determinados por espacios socio geográficos y temporales, es así como Carlos Martínez nos presenta dicha definición, ordenada cronológicamente según el contexto temporal de sus autores, tales como Durkheim quien en 1897 definió el suicidio como: “Toda muerte que resulta, mediata o inmediatamente, de un acto positivo o negativo, realizado por la victima misma, sabiendo que debía producir ese resultado”, así también el 2003 la Asociación Argentina de Prevención del Suicidio define el acto como: Un proceso complejo multideterminado. “Una manera de vivir que va construyendo un enigma mortal, por condensación, sobre un marco representacional existente. Un proceso que va más allá del acto, rompiendo la concepción del hecho consumado”.
Cabe señalar que para objeto de este trabajo no se le dará una preponderancia a la contrastación de las definiciones, ya que el interés surge solo en el reconocimiento del concepto y su prevención.

Carlos Martínez señala que: “Si la destrucción es un proceso, como la construcción, y ese proceso, transmisión o reincidencia se puede interrumpir en un momento dado, eso quiere decir que hay matices, intensidades y alcances del despliegue de esa inmanencia. Entonces se puede hablar de la construcción del proceso destructivo como la serie de crisis o trancitos progresivos que van mojonando un territorio que se va vulnerabilizando hasta su inconciencia, cuya cartografía muestra el avance del riesgo, permitiendo intervenciones calculadas que capitalicen aquellos enclaves aun no tomados para ser utilizados en un nuevo proceso que se llamara deconstrucción”. En este sentido la prevención del suicidio resulta una correlación de fuerzas que nos permita difundir causalidades en nuestra necesidad preventiva.
Tomando en cuenta que los suicidios son la principal muerte evitable, sobre todo en personas de 15 a 34 años y que en los últimos años las tasas de suicidios han ido en aumento tanto en el mundo como en nuestro país donde se estima que el 2% de las muertes ocurren por suicidio y la taza nacional de suicidio por cada cien mil habitantes aumento de un 6,2 en el año 1997 a un 10,8 en el 2004, resulta imperioso la implementación de un plan nacional de gobierno amparado legislativa mente, inexistente actualmente en chile. Este plan incluiría la instalación de un sistema nacional de información, la creación de planes preventivos intersectoriales, el fortalecimiento de los equipos de salud en detección precoz del riesgo suicida, incorporándolos también en planes preventivos en colegios, así como sistemas de ayuda en crisis y trabajo con los medios de comunicación abriendo todos los espacios de los cuales se disponga para su implementación y correcto funcionamiento.
Como expresara Martínez, dicho espacio psicoeducativo respaldado gubernamental, legal y socialmente promueve la realización de actividades de sensibilización, diagnostico y la fijación de acuerdos con todos los actores institucionales con el fin de trabajar en una filosofía y enfoque general sobre el tema, desarrollando discusiones y debates regulares.
El suicidio como problemática de salud pública nos plantea una profunda reflección acerca del mismo, ya que desde el sentido común este acto resulta inexplicable y sorpresivo, somos nosotros mismos respaldados por las autoridades competentes y el trabajo interdisciplinario quienes educaran a la población nacional que día a día se ve enfrentada a este acto perfectamente prevenible.
La Suicidologia como disciplina incipiente por lo menos en nuestro país ya viene desarrollando un importantísimo y riguroso trabajo en el tema.
Como, el entrecruzamiento de marcos disciplinarios institucionales y geográficos va dando cuenta de la multifactorialidad del objeto de estudio.
Siendo tan pertinente el recorrido de este campo tanto desde la clínica a la salud publica, como desde una asociación dedicada al estudio de la problemática.